Thursday, December 11, 2008

Blowup


Blowup
Michelangelo Antonioni (1966)


¿Qué es más cierto; un crimen del que no queda ni una sola prueba, y que se ha desdibujado del mundo sin que nadie lo haya visto excepto yo; o una bola invisible con la que dos jugadores se divierten a la sombra de una público multitudinario que sigue el curso de ese partido?

La verdad esta circunscrita a un contexto donde social. Las cosas son, existen, suceden, en la medida en que el mundo circundante las ve, las oye, las olfatea, las prueba y las siente. Sin el mundo el juicio individual es efímero, propenso a errores, cuestionable, dudable.

Antonioni está recreando uno de los aspectos más interesantes de la fabula de “El traje nuevo del emperador”. El emperador puede deambular desnudo entre sus súbditos, porque tiene un vestido que han hecho unos prestigiosos sastres y que sólo no ven quienes son irremediablemente estúpidos o que ocupan cargos para los que no están capacitados. Para no parecer lo uno o lo otro la gente dice que ha visto el traje, y la acción de que unos lo vean convence a los otros de que deben verlo. Así que la realidad se transfigura, para todos ellos el traje existe. A pesar de que no lo ven, todos están convencidos de que el traje está ahí. Es el poder de la masa que convence al individuo.

Un solo hombre no puede confiar en sus sentidos, si la mayoría le dice lo contrario. Las voces opuestas a la sociedad solo son propias de los locos, los artistas o los héroes. Pero el hombre ordinario ha de aceptar lo que la gran masa dicta, no importa que él mismo, haya percibido algo distinto. Esa es la fortaleza del tejido social. Esa la potencia de la cultura. Ese es el final de Blowup.

Y sugiere, al mismo tiempo, que el crimen que ha presenciado el fotógrafo no es cierto, han desaparecido todas las evidencias incluso el cadáver, así que pudo no suceder. No es claro lo que vio; la mirada angustiada de la chica podría ser unos ojos perdidos en un horizonte cercano; la foto era tan borrosa, parecía un cadáver, pero podría ser otra cosa. Y cuando estuvo en el parque, ¿realmente vio el cadáver? Pudo ser un engaño de sus sentidos, una exageración de su mente excitada y confusa.

Podría dudar...
Como duda sobre una pelota que no ve,
pero como dudar si todos los demás la ven.

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