Tuesday, November 17, 2009

in-Feel-Easy (infilicis) I

Descripción del producto
Ha sido suscrito a in–Feel-Easy «Intento de hacer sentir EASY (Entusiasta Alegre, Sonriente Y…)» Recibirá 7 (infinitos) envíos. Momentos donde pequeñas joyas brillan entre la monotonía de la cotidianidad. El efecto esperado de su suscripción –la cual puede cancelar en cualquier momento- es lograr una sonrisa sin importar su magnitud o al menos el retorcimiento alguno de los pliegues interiores.

Instrucciones de uso
La lectura debe hacerse en el momento indicado y sin precipitaciones. Se aconseja utilizar una posición adecuada en la espalda (preferiblemente muy derechito) y evitar al máximo generar esperanzas sobre las potencialidades del producto (que son altamente limitadas, casi nulas).

Advertencia
El fabricante no se hace responsable de las fallas del producto, tampoco responde por el tiempo que llegara a perderse con ocasión de su uso. Menos aún garantiza algo.



Numero 1

Hoy el día ha querido colabóranos sacando el sol. Las luces sinuosas colorean las hojas que reflejan la luz hacia el espacio. De los 174.000.000.000.000.000 watts que recibimos del sol, solo el 51% es absorbido por la tierra, y mirando esas hojas brillantes alcanzamos a ver algunos de los miles de watts que se devuelven.



Sobre las hojas amarillas: la luz
perdida









 


Estoy enamorado de cuánto crece al aire libre,
de los hombres que viven entre el ganado,
o de los que paladean el bosque o el océano,
de los constructores de barcos y de los timoneles,
de los hacheros y de los jinetes,
podría comer y dormir con ellos semana tras semana.

Lo más común, vulgar, próximo y simple,
eso soy Yo,
 

Yo, buscando mi oportunidad, brindándome
para recibir amplia recompensa,
engalanándome para entregar mi ser
al primero que haya de tomarlo,
sin pedir al cielo que descienda cuando yo lo deseo,
esparciéndolo libremente para siempre.

Walt Whitman
 

 

Caminado hacia la universidad vuelvo a sentir que la luz tiene poder. El mundo cambia, los colores viven, el aire más transparente que nunca está frio y huele. El viento, los pajaritos, una ardilla mirándome con sus ojitos de curiosidad esperando que mis manos aparezcan con una sorpresa dulce –que no tengo-. Las sombras que pintan el piso con formas que podrían ser un lenguaje que esconde un secreto magnifico, o simplemente los juegos del cielo. Y pienso que indefectiblemente hay algo mágico, le saco una foto para ver si tú también lo ves.  


Tuesday, October 13, 2009

Si la pregunta por el sentido de la existencia no se puede solventar, no se pude hacer otra cosa que vagar con ella a cuestas, como Chibchacún. Esa carga será destino de este viaje. Y entonces es inevitable derramar cada instante y rasguear curvas y líneas sobre cualquier fondo que las resista. Tintas decoloradas que intentan ser indelebles, pretenden recitar, aspiran descifrarlo. Y sufrir con el escrúpulo taladrante del fracaso: La llovizna las disuelve, como al barro. Pero el embrujado ambiciona darle algo a nada. Imperioso, entonces, garabatear otra vez, para convencerse que sólo hay vació; pero, el hechizo vence y, otra vez, la nada es… es nada.

Tuesday, September 15, 2009

Entre vos y yo

Nada

Sólo el silencio de tu cobardía
Mezquina, grosera, despiadada

Planifica
Y no me dice
me dicen tus actos.

A la pregunta siempre embustera
A la mirada parece confusa
Huele a traición suena amorosa

Planifica

Entre las llamadas sólo los cables
Y un pájaro

Aquí el dolor del desierto
De lo que no es cierto
De eso que eras y no eres
ni fuiste

nada

sólo eso

nada


¡nada perdida!

reclamo muda
no hay respuesta que pueda rescatarme

Tuesday, May 12, 2009

Variaciones en el espejo

I

Los ojos extraños no justifican ni entienden
la mirada, ajena, no sabe de la sed
no existe
sangre en las venas
ni corre ni duela

la mirada de vidrio
lo sabe
y por ello
pese a ello

es implacable



II

Has copiado mis formas
las formas

me recuerdas
la sinuosa serpiente
atenta
silenciosa
tentadora

tienes mis ojos

me miro
me miras
me mira Dios

y nadie me entiende

Tuesday, April 7, 2009

La caida infinita

Y pensar que ese amor que era mi felicidad entera, esa que siempre anduve buscando y que me parecía el invento ridículo de quien no entiende la vida, estuvo ahí.
Estas ahí. De pronto ahí, mirándome cos tus ojitos caídos al final. Melancólicos. Escondidos detrás de las gafas como para asomarse al mundo sin que el mundo los pueda tocar. Y me mirabas...

Estas ahora, convertido, ahora, en un abismo infinito por el que caigo continuamente y sin reventar. Flotando, bajando, sufriendo, deshaciéndome esperando el final que no llega. Caigo, caigo, caigo pero no logro el suelo.
Sin final y sin golpe.
Sin suelo ni muerte.
Sólo el descenso de un dolor interminable que no entiendo. Asimétrico. Todavía asimétrico, hoy y por siempre.

Aguantar respirando. Olvidar que sigo cayendo, vivir como si la vida fuera posible en la precipitación acelerada de un cuerpo que se dirige hacia la nada rotunda.

Monday, April 6, 2009

Digresiones futiles

Tú sabes como me gusta pensar en la muerte: Consuelo en las horas amargas y premio en las horas felices. Me gusta pensar en como será el día en que me muera, y pensar que pensarán y que sentirán quienes me conocen o me conocieron o simplemente se enteran de una muerte más que no cambia nada y que será olvidada como todas las otras muertes.

Y últimamente me ha dado por pensar que pensarías tú si me muero. Evidentemente te ha de parecer una bobería, y lo es; pero no deja de divertirme la sensación de mi muerte ante tus ojos. Tú no te enterarás primero. Eso es seguro. Lo sabrás ya tarde. Tal vez lo sepas por algún error o coincidencia o un simple designio de la providencia te lo informe: ha muerto. Se murió. Dejó este mundo. Me encantaría que te llegara esta carta, porque sería como la prueba de que estas reflexiones inútiles no lo fueron totalmente. Y que mi muerte te busca. Te sigue buscando. Te encuentra.

¿Cómo te enterarías de que me he muerto? ¿Cuánto tiempo pasará sin que lo sepas? A veces me gusta pensar que tu corazón lo presentirá, porque después de todo me querías y justo entonces te darías cuenta. Una tragedia. Y me imagino que te atrapa la inquietud, más de lo que te tiene moviéndote, y sientes un desasosiego demencial que te obliga a llamarme y tal vez ahí te cuenta que me morí. Y tu sabes que en el fondo ya lo sabías. Y te duele no haberme llamado antes para decirme cualquier cosa que has estado pensando hace sólo unos días. Un día antes, un par de días.

Pero esa es un visión muy romántica propia de las princesitas de siglo XIX que ya hace tiempo se acabo. Una visión que incluye que tú estas ligado a mi, pues soy yo el único ser en el universo cuya corazón siempre oyes. La falta de mis latidos, de mi, en este mundo será tan perceptible como el silencio incomodo. Un amor. Uno solo. No es así. !cliche! Lugar común. Vulgar. Ridículo, sí, así se simple.

Así que me imagino que me muero y trato de encontrar cuales serán los caminos mediante los cuales la noticia te alcanza. ¿Será un epitafio en El Tiempo, que lees por la mañana en medio del ritual de la procrastinación? ¿Tal vez ya no procrastinas y yo no lees, pero tus amigos, algúno siquiera sí… te llamará para contarte. ¿Que palabras escogería?. «¿Has vuelto a hablar con P?… creo que sería bueno que llames a su casa parece que tuvo un accidente», porque sabrá más que tú lo que podría dolerte. «¿cómo así?» dirás sorprendido, impaciente como eres. «Sí parece… parece que algo le pasó», se defenderá sin saber como decírtelo.

Podría decirte: «P se murió». Y harás silencio, un silencio abismal… el abismo por donde cae tu corazón. Pero puede también que la noticia te alcance a través de alguno de nuestros amigos. A le dice a J por Facebook y llama y te dice: «que como que p se murió…» y tu llamas a tu papá y le preguntas para que averigüe… «¿cómo así? Que vaina… ¿qué le pasó?». Y llamará para averiguar seguramente con mi mamá, aunque primero intentara corroborar la noticia en alguna parte… la oficina del abuelo, la universidad.. no se. En alguna parte donde esa pregunta en caso de ser falsa no sea un escandaloso bochorno.

Pero también puede ser que la noticia te llegue por medio de alguien muy insólito, no se quien… pero me imagino que la noticia se empieza a derramar como el agua y a ampliarse de manera que encuentra conductos muy irregulares… tal vez te enteras una semana después y te preguntas como no supiste antes, como puede ser que después de haber sido, hoy ya no sea nada. Un cadaver. Y pensaras que hubieras preferido hablarme o te alegraras de no haberlo hecho. Y necesariamente habrás de acordarte que conmigo se mueren la masita, el pingüino, el bebe hermoso y el perro Zarnoso. Un alivio, un desprendimiento. Un dolor infinito, una falta que no se cura.

Y todas estas reflexiones me gustan... no porque sienta que sufrirás, -aunque no descarto que así sea-. No es una venganza, es el sentido trágico el que me llama. Tras mi muerte, y sólo entonces, podrás ver con perspectiva el sentido. Porque ya no habrá despúes. El mundo, el tiempo se detienen, ahí, en ese punto. Queda, lo que quedó... como un latigo, como un copo de nube, sutil.

Y si me quisiste o no, si te remuerde en algo esa manera de encerrarte detrás de tus problemas para dejarme viendo solo la caparazón insufrible de tu egoísmo… ya no será mi problema... será el tuyo.

Pero es un pobre consuelo.

Es una idea que me entristece más que la despedida; porque no deja de ser un final entupido para una realidad contundente.

¿Y vendrías a mi entierro? No se. Creo que no. ¿Para que? ¿con que título ¿y a hacer qué?…
¿cambiaran tus días? ¿por lo menos dos de ellos?… ¿podrás dormirte con tranquilidad?… ¿cuanto tiempo apareceré en sus sueños? ¿Aparezco aún?
Y las cosas materiales, que divertidas y engorrosas se tornan entonces. ¿Que harás con ellas? ¿las traes? ¿y si no las traes las dejas envejecer ahí y luego las botas el bolsas negras con los papeles y chucherías que acumulaste? para que finalmente los desperdicios seamos uno.

Y el gran final, es lo rápido que desapareceré de la memoria colectiva y de tu memoria. Tal vez viejo vencido y a las puertas de tu propia muerte lleguen mis recuerdos para hacerte sonreír te acordaras de algún detalle tonto que te moverá el corazón, y suspiraras el último aire pensando el mi. Tal vez te estaré esperando del otro lado. Tal vez no haya otro lado. Y entonces finalmente el objeto de mi dolor, y mi dolor serán uno: nada.